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Ubicado sobre una de las 7 colinas sobre las que fuera erigida Roma, la Palatina, el templo de Apolo Palatino (en latín Apollo Palatinus) es obra de César Augusto y dedicado al dios Apolo. Originariamente localizado junto al Templo de Cibeles, las ruinas del templo se hallaron gracias a las excavaciones realizadas en los años 60 por Gianfilippo Carettoni, contando con una terraza artficial de 70 metros por 30 metros, donde se erigía un podium de bastante altura, realizado en tosca y travertino.
Este templo estaba construido en mármol de Carrara, y la fachada contaba con columnas y medias columnas contra las paredes externas. A través de diversas excavaciones se lograron recuperar además, varias losas policromadas de terracota que estaban decoradas con temas mitológicos. A su lado, como anexo, se puede visitar la biblioteca Apollinis.
Templo de Apolo Palatino
