El Circo Máximo (en latín Circus Maximus) fue construido durante el período imperial, este Circo ha sido remodelado por varios emperadores a lo largo del tiempo y funcionó hasta que Roma fue tomada por los bárbaros. Posteriormente fue usado como cantera pero ello no logró que perdiera su majestuosidad que hasta el día de hoy puede observarse.
Esta enorme edificación está emplazada entre las laderas de los montes Palatino y Aventino y era utilizada especialmente para las carreras de bigas y cuádrigas y contaba con una capacidad para 200.000 espectadores. Hoy en día lo que en otros tiempos fuera uno de los estadios más grandes de Roma, no es más que un gran descampado.
El circo poseía una barrera divisoria central a la que llamaban «Spina» y en las que se encontraban dos obeliscos que actualmente se encuentran en la Plaza del Popolo y en San Juan de Letrán. Quienes arbitraban las contiendas eran los magistrados y la gente efectuaba altísimas apuestas. Cuando la ciudad de Roma fue devastada por el incendio en tiempos de Nerón, el estadio fue asolado, debido a que sus gradas eran de madera. Los posteriores emperadores que siguieron a Nerón lo embellecieron con mármol.