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El castillo tuvo su origen durante el Corte Estense de 1200-1600 que fue dominado por la familia Obizzo d’Este que prevaleció sobre la familia rival Salinguerra, poderosa familia Ghibelline de inspiración, y durante más de tres siglos, la escena política de la ciudad y el territorio de Ferrara fue gobernada por la familia Este.
Alfonso II murió en 1597 sin herederos directos y el prestigioso duque de Ferrara está profundamente afectado por este evento que lo vio convertirse en una provincia del dispositivo papal.
El Papa Clemente VIII toma ventaja sobre el problema dinástico en el levantamiento de la investidura a la familia de Este que se ven obligados a abandonar la ciudad en 1598 para transferir su sede en Módena, la ciudad y el territorio a su disposición para la investidura imperial.
El destino de los monumentos en el curso de su historia es uno de los elementos fundamentales que determinan las condiciones de almacenamiento en el que se nos da.
El buen estado de conservación en el que el Castillo Estense en Ferrara llegó a ser a principios del siglo XX, a pocos pasos de una cultura más tranquilizador de la conservación y restauración de monumentos, se deriva del hecho de que todavía permanecía en su la construcción de la historia viva a pesar de su pasado, sin haber pasado por momentos traumáticos de abandono, y la disociación de su fuerte imagen de las funciones importantes de tierras del gobierno.
